Definición de Hijo saramago » Qué es, Significado y Concepto

Hijo Saramago es una película portuguesa dirigida por Ivo M. Ferreira, con guión de Luís Galvão Teles. Estrenada en 2015, la película narra la historia de un joven llamado Pedro, quien regresa a su ciudad natal, después de una larga ausencia.

Durante su estancia, Pedro se reencuentra con sus viejos amigos, conoce a su padre biológico y se enamora de la hija del dueño de la panadería. Esta historia de amor y amistad se desarrolla en un ambiente rural en el que se descubren los valores de la vida como la amistad, el perdón, el amor y la familia.

La película fue galardonada con el premio a Mejor Película en el Festival de Cine de Berlín de 2015. Además, también recibió numerosos elogios de la crítica, que destacaron la calidad de la narrativa, la profundidad de los personajes y la dirección de Ferreira.

El título de la película hace referencia al escritor portugués José Saramago, quien fue una de las principales figuras de la literatura portuguesa del siglo XX. Su obra se caracteriza por su profundidad psicológica y filosófica, y se ha convertido en una referencia para muchos escritores.

¿Qué es un hijo para Saramago?

El hijo de José Saramago fue adoptado en 1962, cuando el escritor tenía 36 años. Su nombre es José, pero Saramago lo llamaba "Ventura" y él mismo se refería a su hijo como el “hijo de la fortuna”. Fue un elemento clave en la vida del escritor, a quien le enseñó a ser más humano y le ayudó a encontrar su propia identidad. Para Saramago, su hijo era un regalo de la vida, una fuente de alegría y una razón para seguir adelante. El escritor recordaba con frecuencia los momentos que pasó con el niño, como la vez que Ventura le regaló una caja de zapatos con una nota que decía: “Este es mi regalo para ti, te quiero mucho”. 

Saramago también destacaba la inteligencia de Ventura y lo apoyaba en sus estudios. El escritor le enseñó a leer a temprana edad y le regalaba libros para que se educara y aprendiera. Saramago era un padre muy orgulloso de su hijo, quien, a su vez, lo adoraba y se sentía profundamente agradecido por él. Compartían una relación muy especial que duró hasta el final.

Para Saramago, su hijo era un regalo precioso de la vida, una fuente de alegría y una razón para seguir adelante.